La escena representa a un ser híbrido itifálico con cuerpo de hombre y cabeza de ave; del lado derecho un bisonte herido con las vísceras afuera; y del lado izquierdo del híbrido un ave sobre una estaca. Todo ello en una diestra esquematización de contorno negro que hace de la escena una pintura monocromática. Los seres inclinados no están relacionados a un espacio vertical y horizontal, pues el espacio racional no es de interés representativo para el artista de la prehistoria. Una de las explicaciones de esta escena es la idea especifica del hechizo del chaman, quien se encuentra en un trance, por su aspecto de concentración y excitación total, incitado por él; con una mano señala al ave y con la otra al bisonte; mientras su cuerpo cae y su alma se eleva.
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